El mago de Oz en Venezuela

“EL “MARAVILLOSO MAGO DE OZ” EN EL TROPICO INFLACION Y ENDEUDAMIENTO
Publicado 15 marzo, 2011

¿Quien fue el Mago de Oz?

Como en la historieta juvenil americana de F. Baum, alegórica y elegía al populismo americano a finales del siglo XIX durante el periodo del bimetalismo, del oro y la plata como dinero; historia que cuenta las glorias del populismoamericano de esa época.

En aquellos tiempos, el populismo americano favorecía la inflación producida por el dinero expresado en plata, dado que permitía una expansión sin límites de la oferta monetaria, en línea con la abundante plata que depreciaba continuamente su valor, para ser gastado por los gobiernos, los cuales estarían allí para “resolverle” los problemas a los pobres. Es proverbial, que el efecto es contrario, lo que se causa es inflación y endeudamiento, la combinación perfecta para empobrecer al ciudadano.

En estas tierras, el Presidente Chávez aplica una lógica similar, basada en una curiosa visión del dinero convertido hoy en un bien sobre el cual se ejerce apenas una propiedad precaria; por ejemplo, cien bolívares en el bolsillo representan menos en poder de compra la semana que viene que 15 paquetes de azúcar en la despensa de una casa.

El Mago de Oz en Venezuela: inflación, endeudamiento y pobreza

ImagenTener bolívares en la mano, con una inflación que lo destruye al devaluarlo a un ritmo de 100% anual – últimos dos años- constituye una decisión que llamamos sub-optima; forzada por la acción de un régimen totalitario en lo económico que eliminó la convertibilidad del bolívar, lo cual además de permitirle mantener la inflación como un impuesto, le asegura una tasa acelerada de empobrecimiento del venezolano, que la medimos al mismo ritmo en que el bolívar se devalúa.

Las causas de ese proceso –inflación y empobrecimiento- muy conocidas se encuentran en cualquier texto básico de Economía 101. Para lograrlo institucionalmente, al gobierno le bastaron cuatro reformas de la Ley del BCV que finalmente lo convirtieron en una especie de banco de desarrollo, dispuesto a canjear deuda pública –empresas públicas y fisco- por bolívares contantes y sonante, aunque de valor depreciado, por la inflación que producen. De esta manera el BCVB que constituido en una especie de caja donde el gobierno extrae dinero mano militari.

Así, en una cruzada similar, a lo que cuenta Baum, en su historia, el gobierno utiliza la inflación, como la que viene de la revalorización del oro en reservas internacionales, para financiar su deficitario presupuesto, la causalidad acá es bidireccional. Como ocurría en la historia contada, acá en Venezuela, sus ministros, los de Endeudamiento (Economía) e Inflación (BCV), poco familiarizados con esos conceptos, tienen los riñones de comunicarle al país que la inflación es “estructuralmente inercial” (Giordani dixit).

Ministros de Inflación y Endeudamiento: la inflación persistirá

Lo que en realidad quisieron decir, es que la inflación persistirá, al menos el tiempo que les resta en el gobierno. Por lo demás, técnicamente interpretamos, una decisión política de utilizar al BCV como financista y suplidor de dinero para un supuesto ‘crecimiento’, algo en esos términos se le añadió a la última reforma. Pero demostrado falso; la economía se hunde una costosa, -social y económica- contracción, no solo por inflación y endeudamiento, sino por el aniquilamiento a mansalva de la actividad económica privada.

El BCV ya una institución sin independencia y autonomía y convertida en banco del fisco, y por mandato del gobierno también juegan al oro en la manera inflacionaria mencionada. Veamos por ejemplo, el componente más importante de las reservas internacionales es el oro, cuyo precio en alza en los mercados llevo al BCV a revaluarlo por el doble; y como el dueño del oro es el gobierno, la operación monetaria se ejecuta el BCV entregándole al fisco los bolívares, asiento contable que se encarga de vender la ilusión de más bolívares, desde luego con menos poder adquisitivo.

Dinero a discreción: salarios e ingresos pulverizados.

La abundancia de bolívares cuyo valor se pierde semana a semana a un ritmo mensual cercano al 2% tiene una lógica que lamentablemente no está al alcance del público lego. Hay una serie de artificios contables, trucos monetarios, violaciones de leyes, torceduras de balances, manejo obsceno de estados financieros, hasta del en desuso el mecanismo descrito en el librito de creación de inflación como “dinero lanzado desde un helicóptero”; que han sido utilizados por el gobierno para saciar de bolívares su borrachera fiscal. Su necesidad de gastar, pasa por conectar políticamente los intereses con una vasta clientela de operadores y mercenarios mercantiles en todos los grupos sociales, con el objetivo de sostener a todo evento y por cualquier medio el poder político, vida muerte de una revolución que a velocidad empobrece.

Para mantener el control del poder, y reproducir la captura de renta por vía política en favores y otras correlaciones mercantiles, se utiliza a todo costo el arsenal de instrumentos de política, intervención, como mecanismos de extorsión económica, controles de precios y de cambio, este último para el racionamiento (divisas), preferencias comerciales a empresas públicas, competencia desleal fundada en leyes y decretos, legislación que reprime actividad económica privada; todo utilizado de manera sistémica para destruir el capital privado, industrias, locales, maquinarias y el capital natural, el capital del trabajador que al perder su oficio, se convierte en un siervo del Estado. Pero es control sobre el BCV y la inexistente controlabilidad de los poderes públicos, el que le drena bolívares (inflación) para financiar los controles que ejerce sobre el aparato productivo privado hasta su eventual desaparición.

Paraíso socialista y muchas cuentas por entregar.

Así observamos, que hoy como ayer, en el paraíso bolivariano las cosas han cambiado poco en ese terreno; en nuestro entorno, el Presidente llena su alcancía y alforjas del gasto del Estado con dinero, de ambos tipos, el “malo” y el “bueno”, que como en la ley de Gresham sabemos que el ultimo se come al primero. Del malo –bolívares- que pierde valor día a día por la inflación que su administración produce y con dinero de mucho valor –el bueno en dólares- de las reservas internacionales, tomadas por confiscación provocando pérdidas patrimoniales al BCV, sin que nadie reclame responsabilidad para ser juzgado.
Todo ese caudal de recursos financieros y monetarios bajo su única responsabilidad fiscal y ejercicio político le ha permitido al Presidente no solo financiar populismo adentro, sino también exportarlo en subsidios petroleros, créditos baratos, muchos de ellos incobrables, llenar los balances de instituciones financieras estatales de derivados financieros reproducidos tanto en la deuda pública como de deuda y otros pasivos de países “aliados”. Así, FONDEN, BCV, BANDES en sus balances guardan activos financieros sin mercado secundario que permita permutarlos por activos líquidos de menor riesgo.

El mínimo común denominador de esta readaptada versión del Mago de Oz la constituye el hecho de que el Presidente anuncia reparto de dinero, casas, petróleo, vitualla, sin contar con las reglas legales ni poderes que pidan cuenta de los reales públicos.

Economist, PhD. (London)
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