Energía. Desacierto gubernamental.

Demanda eléctrica en 2011 es 3.400 MW inferior a la proyectada por el Gobierno

ImagenEl apagón de más de 20 horas que sufrió el estado Zulia hace una semana obligó al Ejecutivo a tomar “medidas extraordinarias”. Rescató el programa de ahorro energético de inicios de 2010 y lo profundizó: de ser exclusivo para Caracas, este año el plan de estímulos y multas se aplicará en todo el país.

“La demanda subió indiscriminadamente”, fue la razón que esgrimió el ministro de Energía Eléctrica, Alí Rodríguez Araque, para desempolvar el plan. Sin embargo, José Manuel Aller, ingeniero eléctrico y profesor de la Universidad Simón Bolívar, y José Aguilar, experto en sistemas energéticos interconectados, coincidieron en que los desaciertos en materia energética cometidos por el Gobierno son los responsables del deficiente y precario servicio y no el incremento en el consumo, como sostienen voceros oficiales.

“Para 2011 el Gobierno había proyectado una demanda eléctrica de 21.400 megavatios, 3.400 MW más de lo que consumimos actualmente, pero el estancamiento económico que vive el país impidió ese aumento”, dijo Aguilar a propósito de la contracción que ha experimentado el parque industrial en los últimos 12 años. Datos de Conindustria indican que entre 1998 y 2010 se redujo 36%.

El sistema eléctrico hubiera podido atender esa demanda porque cuenta con una capacidad instalada para generar 25.000 megavatios, pero actualmente sólo dispone de 16.000. “La crisis no es producto del incremento del consumo. Ese aumento al que se refiere el Ejecutivo es falso, la demanda actual es igual a la de 2009, 18.000 megavatios. Lo que sí hay es un déficit de 2.000 MW en función de los 16.000 que se están generando”, agregó Aller.

Si en los últimos 12 años se hubiese incorporado al sistema eléctrico entre 500 y 600 megavatios cada año, Venezuela no estuviera afrontando la crisis energética que tiene, afirmó el ingeniero. “Con eso, hubiese bastado para atender el crecimiento vegetativo normal de la población, y el desarrollo económico que requiere el país”.

En las fases de generación, transmisión, distribución y comercial del sistema hay fallas, aseguró Aguilar. El desconocimiento de las autoridades, la politización de la industria, la escasa producción de gas (combustible de las plantas termoeléctricas), la antigüedad de los equipos, la falta de mantenimiento, la ineficiencia de la inversión y el congelamiento de las tarifas desde 2003, son las razones primordiales que desencadenaron la crisis eléctrica, señaló Aller.

Deterioro.

Poco a poco el Ejecutivo ha desprofesionalizado el sector eléctrico y ha ido sumando técnicos sin la pericia para operarlo, indicó Aguilar.

La exclusión del personal capacitado es el principal motivo, según Aller, de que la inversión que ha hecho el Gobierno haya dado tan pocos resultados.

“El Ejecutivo ha destinado alrededor de 35 millardos de dólares al sistema energético. Es una buena inversión, pero esos recursos no han sido empleados de la mejor manera”, dijo el profesor de la USB.

Aller recordó que en 2010 el Gobierno adquirió varias plantas pequeñas -diseñadas para atender emergencias- que en conjunto podrían aportar al sistema 1.200 megavatios. No obstante, sólo agregan alrededor de 300 MW porque no todas pueden incorporarse a la red al mismo tiempo por falta de sincronización y falla en el suministro de gas.

De los 10.000 megavatios de capacidad instalada que tienen las plantas termoeléctricas en el país, por lo menos 5.000 MW deberían generarse con gas, pero la poca disponibilidad del combustible la limita a 2.500 MW. “Para el funcionamiento óptimo de los equipos termoeléctricos, la extracción de gas diaria debería ser equivalente a 400.000 barriles diarios de petróleo y eso no ocurre”, apuntó Aller.

Lo poco acertado de la inversión ha contribuido al deterioro gradual de los equipos por la falta del mantenimiento adecuado y oportuno. Los aparatos de transmisión tienen, en promedio, 35 años de operaciones, de los cuales la mayoría deben ser reemplazados. “Tenemos las mismas líneas de transmisión que en los años noventa y por las que viajan 8.000 kilovatios por hora. Pero la demanda actual requiere 1.200 kilovatios por hora”, añadió Aller.

Aguilar afirmó que el Ejecutivo no reconoce el problema del sistema eléctrico de 2011.

Dijo que en 2010 era la intensa y prolongada sequía que tenía el país, mientras que ahora las lluvias han desbordado los embalses. “El inconveniente de ahora está en la transmisión de la energía”.

“Corpoelec es el principal derrochador. Todos los días destina una cantidad importantísima de agua a los aliviaderos, que si se compara con combustible equivaldría a 69 millones de dólares diarios”, aseguró Aguilar.

El congelamiento de las tarifas es otro de los desaciertos.

Sumado al bajo precio, Aller expresó que sólo se paga 60% del consumo. Aclaró que además de las tomas ilegales, las empresas estatales no cancelan el servicio. “Las empresas básicas ­las que más gastan electricidad, 27% del total- están tan mal financieramente que no tienen para cancelar la energía que consumen, por ejemplo”, aseguró.

Desinformación

José Aguilar, experto en sistemas energéticos interconectados, afirmó que la falta de información oficial de cómo opera el sistema eléctrico es un grave error del Ejecutivo. Recordó que desde hace siete meses la Oficina Nacional de Despacho no publica los datos diarios de generación ni de transmisión de energía. “Esto es inédito en América Latina, todos los países tienen esa información disponible para sus ciudadanos”.

Esta desinformación le facilita al Gobierno la manipulación de la realidad de la crisis eléctrica, afirmó. “Así le puede decir al país que la situación está superada, cuando en realidad no lo está. Dice que aumentó la generación de energía, cuando no es cierto”, reiteró.

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