El nuevo léxico de la Revolución Bonita.

Fin de semana
CRÓNICAS DEL SIGLO XXI
El nuevo léxico de la Revolución Bonita

MARIO SZICHMAN. Tal Cual, Edición dominical,31/7/11

Toda gran revolución ha cambiado no sólo el aparato productivo de una nación, sino también los calendarios y su léxico.

Por ejemplo, los revolucionarios franceses celebraron el otoño rebautizando los meses del calendario como Vendimiario (o mes de la vendimia, del 22 de septiembre al 21 de octubre), Brumario (mes de la niebla, del 22 de octubre al 20 de noviembre) y Frimario (mes de la escarcha, del 21 de noviembre al 20 de diciembre).

El “calendario de la república” fue introducido por la Convención el 5 de octubre de 1793, y cancelado por el Senado de Napoleón el 22 de Fructidor del año XIII (9 de septiembre de 1805), porque trocar las fechas al calendario gregoriano y viceversa era tan complejo como hacer conversiones entre diferentes tasas de cambio.

Nuestra conducción revolucionaria, que sabe aprender del pasado, nunca quiso alterar el almanaque, pero siempre ha intentado infundir un léxico de esperanza que marche al ritmo de nuestras victorias.

Tal como me explicó el hermano grande del líder máximo en una entrevista exclusiva, “ha llegado el momento de regenerar nuestros medios de comunicación masiva, y perfeccionar nuestro vocabulario a fin de evitar toda connotación derrotista”.

En primer lugar, a partir de enero, la Gaceta Oficial pasará a llamarse µ , pues en nuestro país todos sus habitantes dominan el griego a la perfección. Además de divulgar en la lengua de Homero las leyes, decretos y aumentos de sueldos del personal superior, el idioma del legendario vate servirá para informar acerca de la construcción de viviendas, las aparentes dolencias de nuestro líder máximo, la reparación de la infraestructura caminera, y la cancelación de los sueldos atrasados el concluir el período de µ(las calendas griegas).

“Pero nuestras reformas no pueden detenerse allí”, me explicó el hermano mayor del líder máximo. “Desde los comienzos de la historia, muchas palabras, debido a sus connotaciones derrotistas, han sembrado la inquietud y la zozobra en los habitantes de un país. Basta que una persona mencione la palabra fuga o pranes, oriente, pelvis, lithio, carestía, rodeo, hacinamiento, cáncer ­incluido su término más notorio: cáncer del colon­, para que cunda el pánico. Por eso, en nuestro léxico revolucionario hemos devuelto a esas palabras su significado optimista, o una acepción que ilustra sus raíces históricas”.

Como anticipo a nuestros lectores, ofrezco algunas de las nuevas definiciones del léxico de nuestra Revolución Bonita:

Cáncer. (Signo del zodíaco). El cáncer
es el constructor del hogar dentro del zodíaco. Es gobernado por la luna, y su símbolo es el cangrejo. Su sitio natural es la cuarta casa. El cáncer es un signo de agua emocional y comprensivo.

Carestía. Del latín Caritas. Una expresión muy popular es Rei frumentaria difficultas, penuria, inopia. Aparece por primera vez en el Diccionario de la Real Academia Española de 1729. El término ha sido eliminado del léxico revolucionario debido a la abundancia de nuestras cosechas.

Colon (Cristóbal) Navegante genovés
(1451-1506). Los monarcas españoles, impulsados por el capitalismo, el imperialismo, le financiaron a Colon cuatro expediciones a América.

Fuga (Música). La fuga es la manifestación más madura y libre de la escritura contrapuntística. Es imposible encasillar todas las fugas escritas bajo un solo patrón uniforme. Cada una difiere en uno u otro detalle estructural de las demás, aunque se pueden incluir en dos grandes grupos: la fuga libre y la fuga de escuela o escolástica. Hay musicólogos que se niegan a describir la fuga como una forma musical, prefiriendo hablar de procedimiento fugal. En ocasiones, la composición gira sobre la repetición de un tema y su contrapunto, como en las célebres tocatas y fugas de Bach.

Hacinamiento. (Agricultura). La ac
ción y efecto de hacinar. Hacinar: poner los haces de trigo o de otro cereal unos sobre otros. Fasciculus congerere.

Lithio. (Química). Elemento químico metálico de color blanco, ligero, y muy poco pesado. Su símbolo es Li y su número atómico, el 3.

Oriente. (Geografía). Lugar de la Tierra que, respecto de otro con el cual se compara, está más próximo al lugar de donde sale el Sol. Como segunda acepción, es el brillo especial de las perlas. (El diccionario ofrece como ejemplo este monólogo: “Si te fijas en el oriente de esta perla, notarás que es muy valiosa. Te regalaré una si miras para otro lado cuando ejecuto una fuga de Bach”).

Pelvis (Presley). Famoso cantante de
rock (1935-1977). Comenzó su carrera en 1954, cuando junto con el guitarrista Scotty Moore y el bajo Bill Black, creó el rockabilly, una fusión de música country y de blues.

PRAN. (Política). Siglas del Partido Revolucionario de la Asamblea Nacional, una de las agrupaciones políticas más connotadas en la actual legislatura. Los miembros del partido son conocidos popularmente como los “pranes” y su influencia se hace notar en toda gestión administrativa. En sus ratos libres, los “pranes” muestran sus dotes musicales ejecutando reiteradas fugas con instrumentos improvisados.

Rodeo. (Deporte). Consiste en montar potros salvajes o reses vacunas bravas y hacer otros ejercicios como arrojar el lazo.

Cuando estaba a punto de abrir mi boca para expresar mi admiración por el nuevo léxico, el hermano grande del líder máximo me interrumpió para informarme de otra reforma, también vinculada a los medios de comunicación masiva. A partir del mes próximo, los periódicos comenzarán a ser impresos en latín, pues en nuestro país todos sus habitantes dominan a la perfección la lengua de Dante y de Virgilio. Se hará una excepción con las páginas editoriales, que deberán ser escritas en sánscrito. Para compensar, las secciones deportivas y de farándula seguirán siendo publicadas en castellano. Eso permitirá una transición más armónica.

El propósito, me dijo el hermano grande del líder máximo, es lograr, a través de un léxico más refinado y cargado de esperanzas, que nuestra patria pueda ocupar el lugar que legítimamente le corresponde en el concierto de las naciones.

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