Nacionalización chucuta del oro

Minerven tiene tres años continuos de pérdidas.

Su producción es el 23% de lo estableci do en el plan anual “Si no son capaces de hacer funcionar a una empresa ya establecida, ¿cómo van a estatizar todo?”

DAMIÁN PRAT C
Guayana

ImagenLa mañana del día en que Chávez desde Miraflores anunció la firma de la llamada Ley de “nacionalización” del oro, caravanas y marchas de protesta y descontento cruzaban al pueblo de El Callao, mientras las autoridades del Mibam, la gobernación y otros organismos se encerraban, rodeados de militares y guardaespaldas en un sector de la planta de procesamiento estatal Revemin, inactiva por muchos meses.

“Ellos organizaron el acto en esa planta paralizada, lo que parecía un contrasentido, pero fue para evitar que surgieran trabajadores reclamando”, explica Américo De Grazia, el diputado de CausaR-Unidad que le ganó al PSUV la curul de ese extenso circuito que va desde Upata a la Gran Sabana.

Fue un acto de “nacionalización” sin calle ni pueblo, con “pases vía microondas” muy breves y controlados, lo que prueba que las cosas no estaban ni están nada bien para esa maniobra gubernamental en esa zona.

Por eso, la mejor manera de referirse a esa supuesta “nacionalización” es usando comillas, ya que desde hace muchos años, refrendado en Ley de 1965, el oro es totalmente propiedad de la nación por lo que el Estado sólo puede otorgar concesiones para su explotación sin perder la propiedad.

La “nueva” Ley también establece el sistema de concesiones y permite la presencia de empresas privadas nacionales o transnacionales extranjeras, sólo que mediante el sistema de empresas mixtas.

LAS PROTESTAS Los motivos de las protestas son variados. Los trabajadores de Minerven, incluyendo chavistas y de la oposición democrática, empresa estatal desde 1970, reclamaban del gobierno la solución del desastre y la ruina creada en los años recientes.

Exigían cambios en la directiva, inversiones de verdad para reactivar la producción y respeto a los derechos laborales violados, especialmente en cuanto a su contrato colectivo vencido.

En simultáneo, cientos de trabajadores mineros desempleados reclaman del gobierno que cumpla la vieja promesa de invertir para activar proyectos como la mina La Increíble 6 en asociación con una transnacional rusa.

Y en la comunidad de las tres poblaciones había y hay reclamos por el estado de parálisis y ruina que tienen en crisis la economía local.

IMPRODUCTIVIDAD Y PÉRDIDAS Un trabajo de investigación de Correo del Caroní mostró el mismo día de la “nacionalización” del oro, el estado de ruina en que ha quedado la estatal Minerven tras varios años de “profundización de la revolución” o de “estatismo salvaje”.

Algunos de los datos están en el propio informe del Mibam a la AN y en las denuncias hechas en semanas anteriores por diputados como De Grazia y Andrés Velásquez, así como por dirigentes sindicales.

Minerven tiene tres años seguidos cerrando su ejercicio anual con pérdidas y las de 2010 alcanzaron a más de 50 mil millones de bolívares.

Un detalle insólito si se toma en cuenta que en lugar de los precios habituales del oro de entre 400 y 600 dólares la onza troy (31 gramos aproximados), en ese período estuvo siempre sobre los 1.000 dólares la onza e incluso en 2010 se ubicó entre 1200 y 1400 U$D/onza y este año ha logrado precios de 1600UsD/onza e incluso 1.900.

“Con tan extraordinarios precios, Minerven es la única empresa del oro en el mundo que da pérdidas”, reclama Andrés Velásquez.

Es que la estatal, con capacidad ya probada de producir 300-400 kg/mes, ha estado apenas en 80-100 kg/mes.

El plan anual de Minerven señalaba que 2010 terminaría con 8 mil kg de oro pero el resultado fue 1830 kg, apenas un poco mas del 23% de la meta a pesar de haber sumado otras cinco minas.

Eso significa que Minerven dejó de entregar a la nación no menos de 250 millones de dólares en oro.

“Si no son capaces de hacer funcionar a Minerven, empresa ya establecida, que era sólida, ¿cómo van a estatizar todo?”, preguntó un trabajador a quien no dejaron entrar al acto.

Tal Cual. 30/8/11. Pag. 32

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