La anarquía que se pretende instaurar en la UCV es planificada y dirigida por el Gobierno

El mural derretido
La anarquía que se pretende instaurar en la UCV es planificada y dirigida por el Gobierno
GUSTAVO LINARES BENZO | EL UNIVERSAL
domingo 1 de abril de 2012 12:00 AM

La escalada de violencia contra la Universidad Central de Venezuela alcanzó nuevas cotas esta semana. El mural de Víctor Valera que ha dado la bienvenida a los estudiantes de derecho desde 1958, literalmente derretido, es el monumento trágico de lo que está ocurriendo. En el incendio, provocado como demostraron los bomberos universitarios, se afectó buena parte de la estructura física de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, incluyendo el decanato. Casi llega a la biblioteca, lo que hubiera sido la barbarie total.

A los pocos días facinerosos armados tomaron la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales por todo un día, en acto nunca visto en la casi tricentenaria historia de la UCV. En paralelo, huelgas de empleados, agresiones a las autoridades, profesores y estudiantes.

Esta guerra contrasta con la calma bucólica de las universidades del Gobierno, en la Bolivariana todo es paz. Parecieran de otro país. De alguna manera lo son, del país que pretende construirse contra los valores democráticos, entre ellos la autonomía de las universidades.

La anarquía que se pretende instaurar en la UCV es planificada y dirigida por el Gobierno, a través de los grupos mínimos que le son dóciles en la universidad. Estos grupos tienen dos características esenciales: su fracaso electoral en el claustro y en el estudiantado, en las elecciones han roto récords de baja votación, y su vinculación con los pandilleros revolucionarios que imponen su violencia en otros sectores de la ciudad y del país.

El objetivo es claro, impedir que la universidad se gobierne a sí misma, sumirla en la anarquía que justifique su intervención. El primer paso ha sido aniquilar las elecciones internas, mediante sentencias de la Sala Electoral que han impedido, de hecho, el relevo de las autoridades al suspender toda elección, con el pretexto del voto paritario de todos los sectores.

Esta congelación de la vida universitaria ha creado los lógicos enfrentamientos entre los distintos sectores que hacen vida en la UCV, al fin y al cabo es una universidad y no un cuartel. Ha imperado el buen criterio de resolverlos internamente, pues acudir al Gobierno o a los tribunales es garantizar la intervención. Sólo las elecciones disiparán esos problemas y callarán la violencia, a ese objetivo deben tender los esfuerzos de los universitarios.

glinares@cjlegal.net

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