Política. El año Viejo nos dejó con una tarea clave que determina nuestro destino.

Venezuela cerró el año 2014 repitiendo el libreto de diciembre 2010 cuando manipulando la representación política que detentan los diputados a la Asamblea Nacional, se sancionó, de manera rápida y expresa, un combo de leyes a través de las cuales se ha pretendido imponer el modelo del Estado Comunal, desconociendo efectivamente la voluntad popular expresada en el referendo de la reforma constitucional del 2 de diciembre de 2007.

Ahora, nuevamente, aprovechándose de las fiestas navideñas, la Asamblea Nacional, acompañada por el Tribunal Supremo de Justicia, impulsaron una estrategia política y jurídica, que permitió de manera también rápida y expresa, renovar las autoridades de los distintos órganos del Poder Público Nacional a espaldas del espíritu de la Constitución Nacional.

Así como ocurrió en el 2010, el año viejo nos deja una Asamblea Nacional convertida en instrumento para imponer la visión socialista del Estado.  Esa misma Asamblea Nacional, durante el 2014, estuvo sorda ante las distintas voces que elevaron su llamado para la urgente renovación de los Poderes Públicos, entre ellas, las que hicieron en marzo 2014 Leopoldo López, Henrique Capriles y el Movimiento Estudiantil a través de sus respectivos manifiestos, declaraciones o comunicados públicos.

Las leyes del poder popular, la renovación de los Poderes Públicos y las distintas leyes dictadas por vía habilitante, apartan al Estado y sus instituciones políticas de los fines legítimos que deben perseguir según la Constitución y en consecuencia, a 15 años del referendo aprobatorio de la Constitución su vigencia está cuestionada por la clara pretensión del gobierno de sustituir la democracia por el socialismo del Siglo XXI.

El año viejo también dejó el anuncio de medidas económicas como consecuencia de las “dificultades económicas severas”[1] advertidas desde agosto 2014 por el propio Nicolás Maduro; y en este sentido, a pocas horas de finalizar el 2014, el Banco Central de Venezuela (BCV) publica un informe cuyo contenido, según El País de España, “declara a la economía venezolana en recesión oficial”[2], obligando a Maduro el 30 de diciembre, a admitir definitivamente, ahora ante el mundo, que Venezuela experimenta una grave crisis económica que exige una serie de medidas económicas, no precisadas hasta el momento.

De manera que transcurrió todo el año 2014 y fue sólo al final del mismo, cuando el gobierno decidió actuar a través de cambios institucionales y de anuncios vagos sobre medidas económicas, repitiendo un esquema de urgencia, rapidez y poca transparencia que evitó el oportuno debate político, plural y público sobre la realidad país, buscando tomar de sorpresa a la sociedad venezolana.  Al final, todo es parte del juego perverso del abuso de un poder político que no reconoce que la soberanía la detenta el llamado “pueblo”.

El Periódico Venezolano, advierte que lo que ocurre no es improvisado y  que la reforma al control de cambio se convierte en la táctica para lograr la transformación del modelo económico y de allí profundizar el modelo socialista[3].

Es importante destacar que el contenido del Plan de la Patria 2013-2019 propone una gran cantidad de objetivos y acciones, que en su mayoría pueden agruparse o concentrarse en dos áreas esenciales: una es la política institucional, que se refiere al diseño del Estado y del orden territorial, y la otra la que se refiere al tema económico y financiero, en donde se ubica precisamente el desarrollo de un nuevo sistema cambiario enmarcado dentro de un plan general de divisas de la nación, en el marco de un comercio exterior estatizado.

Precisamente, en esas dos áreas el año viejo dejó las leyes vía habilitantes y el anuncio de medidas económicas que no terminan de concretarse.

El 2015 llega con la urgente necesidad de impulsar espacios que faciliten el encuentro entre los ciudadanos y los partidos políticos a través de sus dirigentes locales y/o regionales a los fines de debatir, dialogar y reflexionar sobre los deberes que nos impone este tiempo histórico, desde nuestra propia realidad local y frente a una crisis que se presenta en diferentes dimensiones: una que nos plantea serias dudas sobre la vigencia de la constitución, la otra que pone el acento en la ilegitimidad de los poderes públicos y una tercera que afecta seriamente la economía directa de las familias venezolanas, sin excepción.

La necesidad de un encuentro desde lo local entre sociedad civil y dirigentes políticos, requiere de niveles importantes de sensibilidad sobre la realidad, por lo tanto está en manos de cada uno de los actores sociales la posibilidad de facilitar el reencuentro con el valor de la representación política.

Las primarias y la elección del parlamento es una de las herramientas para ese reencuentro, pero no es suficiente. Es necesario recuperar niveles adecuados de cohesión social, para lograr alcanzar condiciones básicas necesarias para  simplemente aspirar a un pleno desarrollo con el mayor nivel de dignidad y calidad de vida.

En este año 2015, el menú que debe alimentar el espíritu ciudadano, requiere fortaleza, fe, humildad y sentido común, como ingredientes esenciales y necesarios para enfrentar la crisis política, económica y social que claramente experimentamos como sociedad.

Carlos Romero Mendoza

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[1] El Mundo.  Maduro reconoce que hay dificultades económicas “severas”. 13 de agosto de 2014. Online en: http://www.elmundo.com.ve/noticias/economia/politicas-publicas/maduro-reconoce-que-hay-dificultades-economicas–s.aspx

[2]El Pais. Maduro reconoce que Venezuela está en recesión y anuncia medidas. 31 de diciembre 2014. Online en: http://economia.elpais.com/economia/2014/12/31/actualidad/1420029259_070709.html

[3] El Periodico Venezolano. Control de Cambio será más socialista. 02 de enero de 2015. Online: http://elperiodicovenezolano.com/control-de-cambio-sera-mas-socialista/

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