Empleo independiente en Cuba, el engaño de la dictadura para perpetuar la dependencia

Nelson Rodríguez Chartrand – Oct 30, 2017, 10:00 am

cuentapropistas-2Muchos pensaron que la autorización del trabajo por cuenta propia sería el comienzo de una apertura económica para el pueblo de Cuba. Sin embargo, no fue así. En verdad sólo ha sido una estrategia macabra, una más de los dictadores cubanos, para engañar al pueblo y acomodar a sus elegidos.

¿Cuándo acabaremos de concientizar que la propiedad privada de los otros ha sido, es y será el principal enemigo de los dictadores cubanos?

Fue en el año 2010 que el Gobierno cubano puso en vigor un sinnúmero de decretos leyes y resoluciones autorizando los trabajos privados, que de privados no tienen nada. ¿Cómo poder hablar de negocios privados en un país donde la producción está absolutamente monopolizada y  controlada por el Estado?

La realidad es que en el año 2010 la situación en Cuba era tal que no había ni salario para pagarle a los trabajadores y por ese motivo por los gobernantes cubanos optaron por reducir las plantillas de los centros de trabajo, despidiendo, bajo el nombre de trabajadores disponibles, a miles de personas vendiéndoles la idea de los beneficios del cuentapropismo.

No obstante, después de 7 años, el cuentapropismo se ha convertido en un medio más de explotación al pueblo, al verse elevados los precios de los productos en muchos casos a más del 50 %,  mientras que los salarios y jubilaciones se mantienen igual.

Ante todo, cabe aclarar que en Cuba existen monedas paralelas. Existe el CUP que es el peso del cubano de a pie y el CUC que es el peso convertible, conocido como divisa, que utiliza el turista y al cual debe acceder el cubano para adquirir productos que no son considerados de primera necesidad. Para tener una idea de la miseria que hay en Cuba, el jabón se compra con CUC.

Es decir, para que un cubano pueda comprar jabón, debe convertir la moneda en la del turista. Dicho en términos propios del léxico socialista, la higiene es un lujo burgués. Pero recordemos que se exporta la imagen de una salud de primera, En un régimen donde los productos básicos de limpieza son de difícil acceso.

La poca capacidad productiva del Gobierno ha generado que estos cuentapropistas acaparen las escasas mercancías vendidas en los establecimientos estatales para luego revenderlas al pueblo a precios muy superiores a sus posibilidades adquisitivas.

En cuanto a los gastos cotidianos, tomando en cuenta el nivel de ansiedad que se vive en Cuba, una caja de cigarrillos, que a través de las entidades estatales cuestan $7 CUP, los particulares la venden a $10 CUP. La cerveza, cuyo precio oficial es de $25 CUP, en estos momentos el pueblo tiene que pagarla a $30 y hasta $40 CUP.

Un cartón de huevos, que tiene un precio oficial es de $33 CUP, hoy por hoy se están vendiendo a $90 CUP. Una lata de refresco el pueblo tiene que pagarla a $15 y $20 CUP, casi el doble de su precio oficial, y así sucede con  la mayoría de los productos.

Así es, señores, lo único que han logrado los gobernantes cubanos con la aprobación de los trabajadores por cuenta propia es elevar el costo de la vida del pueblo, hacerla casi imposible si tenemos en cuenta que el salario promedio de los trabajadores cubanos no llegan a $15 CUP. Es decir, para poder comprar una lata de refresco el cubano tiene que trabaja por lo menos dos días.

Es todo parte de un ciclo sistemático. Para quienes no pueden financiar los productos revendidos, que somos la mayoría, queda hacer filas interminables en los centros de abastecimiento del Estado y así consolidar la dependencia estatal. Al comerciante, al emprendedor, se lo ve con malos ojos, porque como sucede en otros lugares, muchos llegan y se quedan ahí gracias a los acuerdos con los vigilantes. Asimismo, los precios elevados generan recelo. Porque claro, no se toma en cuenta el gasto previo, que el cuentapropista también depende del Estado y se enfrenta al mayor de los monopolios para cotizar sus productos a partir de ahí.

Por último, hace unos meses los dictadores cubanos, como siempre, culpando al bloqueo económico y a la indisciplina del pueblo como las causas principales de las miserias en que viven los ciudadanos, tomaron la decisión de no seguir aceptando nuevas licencias para el trabajo por cuenta propia, para, según ellos, hacer un estudio para su perfección. En lo personal, no es más que un descaro político del régimen.

Los gobernantes cubanos ya lograron lo que querían, por una parte salir de la difícil situación que enfrentaban hace unos siete años y, por la otra, dejar a sus elegidos afianzados en sendos negocios y así garantizarles el futuro que se avecina marcado por la inminente apertura económica.

Pero lo más triste del caso es que el pueblo cubano ha optado por la esclavitud y muy pocos hacemos por la libertad y la justicia, muy pocos hacemos, para reivindicarnos una vida digna.

Muchas gracias y hasta la próxima.


Nelson Rodríguez Chartrand

Nelson Rodríguez Chartrand es conferencista, cofundador de la Biblioteca Libertaria Benjamín Franklin, y abogado graduado pero impedido de ejercer por el régimen en Cuba.

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