Crisis Universitaria en Venezuela

El Universal – 2 de junio 2018


Se pretende disminuir la capacidad de las instituciones de educación superior para impulsar la inclusión, la equidad y el desarrollo del país


En el marco de la grave situación económica, política y social que vive Venezuela, las instituciones de educación superior atraviesan su peor crisis como consecuencia de los frecuentes presupuestos reconducidos, las restricciones a la autonomía universitaria y las limitaciones al libre debate de las ideas. Esta situación es resultado del uso recurrente de medidas gubernamentales para: a) estandarizar la formación universitaria mediante nuevos centros de educación superior sin los requerimientos mínimos respecto al nivel de su planta profesoral, programas de formación y calidad de su infraestructura; b) controlar la relación universidad-sector privado, que ha obstaculizado las oportunidades de proyectos conjuntos de investigación para atender las necesidades de ambos sectores; c) actualizar de manera rezagada los salarios de profesores, personal administrativo, técnico y obrero; y d) reducir las asignaciones presupuestarias de las universidades públicas autónomas, que reciben mayores saldos nominales todos los años, pero debido a la hiperinflación esos fondos alcanzan cada vez menos.

Así, cuando se eliminan los incentivos a la investigación, se obliga al aumento del número de estudiantes por profesor, se minimizan las asignaciones presupuestarias y se coartan los beneficios laborales a todos los miembros de la comunidad universitaria, hay la intención de cambiar a las universidades venezolanas reduciendo paulatinamente su importancia para la sociedad. Es decir, se pretende disminuir la capacidad de las instituciones de educación superior para impulsar la inclusión, la equidad y el desarrollo del país.

La verdadera contribución de las universidades a la solución de los grandes problemas de Venezuela se logra a partir del desarrollo pleno de sus funciones: docencia, investigación y extensión, y para ello se requiere de un clima sano donde sea posible la creación de conocimientos científicos, técnicos y literarios, relevantes y pertinentes para la sociedad; y no espacios llenos de incertidumbre donde la sobrevivencia se convierte en el reto principal de todos los integrantes de la comunidad universitaria. Pretender que la docencia universitaria sea el único rol de nuestras instituciones de educación superior las confina a centros de enseñanza donde un mismo conocimiento se transmite de generación en generación, hasta el momento en que la transformación técnica facilite su divulgación y convierta a las universidades en estructuras obsoletas, referencia de la organización burocrática del sector público venezolano.

Inadecuada estrategia

El conflicto universitario que hoy mantienen profesores, empleados, obreros y estudiantes es respuesta a la grave crisis que atraviesa el país y a la inadecuada estrategia de transformación universitaria que pretende hacer de las universidades centros donde sólo se educa y se gradúan profesionales formados bajo un pensamiento único. En este sentido, cada universitario en Venezuela lucha por evitar la eliminación de la investigación y la extensión como actividades primordiales de las instituciones de educación superior; hoy sumergidas en: 1) aulas, laboratorios y centros de investigación diezmados, 2) deterioro de las condiciones mínimas y necesarias de estudio como comedores, mantenimiento de instalaciones, providencias estudiantiles, transporte y seguridad, 3) detrimento de las condiciones de trabajo (ausencia de servicio médico de calidad y escasez de materiales esenciales de oficina), y 4) desfavorables condiciones salariales, por la demora en el ajuste de los salarios y el impacto de la hi-perinflación en las remuneraciones de la comunidad universitaria.

@ajhurtadob

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