Comentario sobre el artículo “El petroleo y petroquimica”

COMENTARIOS SOBRE EL ARTICULO “EL PETRÓLEO Y PETROQUÍMICA” DE ODOARDO LEÓN PONTE.
Luciano F. Reni*

Caracas: 17 de abril 2013

Acabo de leer con desparpajo un artículo, publicado hoy en Venezuela Analítica, titulado “El Petróleo y la Petroquímica”. Su autor, Odoardo León Ponte, no conoce evidentemente la verdadera, larga y complicada historia del Instituto Venezolano de Petroquímica (IVP). Debido a ello, se limita a un recuento de pocas líneas, colmado de errores, afirmaciones despreciativas e irresponsablemente formuladas que no hacen sino poner en relieve su profundo desconocimiento sobre el tema tratado. En efecto, tal como cualquier lector inteligente y objetivo habrá podido notar, resulta del todo irresponsable, resumir en una simple página, llena de generalidades, errores, omisiones y sorprendente superficialidad, una complicada historia y evolución de más de medio siglo de una empresa estatal, inicialmente denominada “Instituto”. En efecto, esta empresa de gran complejidad incursionó, durante aproximadamente sus primeros 15 años de existencia, con gran éxito nacional e internacionalmente reconocido, un sector químico-industrial considerado de alta sofisticación tanto en EE.UU. como en Europa. Debemos tener en cuenta que para 1956, año de fundación del IVP, nuestro país se encontraba entre los más sub-desarrollados de América Latina. La única industria importante, operante en Venezuela, era la petrolera extractiva con limitada capacidad de refinación. Su propiedad exclusiva era de grandes corporaciones multinacionales (Creole, MobilOil. Menegrande, Shell…).

El Complejo petroquímico de Morón fue el primero en ser desarrollado a partir de 1956. En 1958 se encontraba ya en plena y perfecta operación la planta de Cloro-Soda. En 1962 se concluyó la construcción y montaje, con personal propio y apenas dos pequeñas grúas, de un conjunto de 16 plantas de fertilizantes fosfatados, nitrogenados y complejos (N-P-K), denominados Grupos Amoníaco, Nítrico, Fosfórico y Sulfúrico. Su total y muy exitosa puesta en marcha culminó entre 1960 y mayo 1964. Por cierto, los técnicos alemanes, italianos y norte-americanos que de ella fueron testigos, la denominaron “el milagro venezolano”. A partir de ese momento y por varios años, el IVP produjo centenares de miles de toneladas métricas de abonos químicos. Dicha producción anual excedía sobradamente su demanda en el mercado nacional, razón por la cual los excedentes – úrea, sulfato de amonio, nitrato de amonio, superfosfatos simple y triple – se exportaron inicialmente a diferentes partes del mundo. Algo similar ocurrió con la producción del Complejo de Explosivos, también realizado en Morón en la segunda mitad de los años 60, ahora propiedad de CAVIM. Algunos excedentes de TNT y Nitro-glicerina se exportaron, entonces a Australia y Colombia.

En cuanto a lo que afirma el Sr. León Ponte, referente a la transferencia de la propiedad de la “red de gas-ductos” y de la refinería de Morón al IVP, conviene aclarar que:

a) Se trataba del gas-ducto Anaco-Morón, el cual perteneció al IVP primero y pasó luego a ser propiedad de la Corporación Venezolana de Petróleo – CVP – cuándo ésta fue posteriormente fundada. Ese gas-ducto había sido concebido, en sus inicios, casi exclusivamente para suministrar el metano requerido para la producción de amoníaco – NH3 – en el Complejo de fertilizantes nitrogenados de Morón.

b) La Refinería experimental de Morón, le perteneció desde el comienzo al IVP y se trataba de un pequeñísimo complejo de evaluación y, lógicamente muy variado de refinación – 2.500 b/d solamente – el cual incluía la producción/separación de aromáticos – benceno, tolueno y xilenos. Se alimentaba fundamentalmente del crudo muy pesado proveniente del yacimiento conocido con el nombre de “Boscán”. Esta refinería también pasó, en años posteriores, a ser propiedad de la CVP.

Finalmente y para no extenderme demasiado, me permito enfatizar que las plantas del Complejo de El Tablazo, erigidas a partir de finales de los 60, incluyeron el actual conjunto de amoníaco-úrea, uno de los mayores del planeta para la época, una planta de etileno, una de cloruro de polivinilo (PVC) y otra de polietileno. Las dos primeras fueron, desde el comienzo propiedad mayoritaria del IVP y las otras dos se formaron como empresas mixtas, con firmas internacionales muy conocidas en el ramo. Ese complejo, comenzó a producir exitosamente a comienzos de los 70, es decir, varios años antes de que el IVP, debido al comienzo de su lamentable deterioro gerencial-administrativo, pasara a manos de PDVSA.

Esta es la verdadera historia, Sr. León Ponte. Su artículo ha ofendido innecesariamente a varios ingenieros, unos aún en vida y otros no, probablemente colegas suyos, quienes laboraron con gran dedicación, muchos sacrificios y modesta remuneración, por creer que estaban haciendo PATRIA, hace medio siglo cuándo, a lo mejor, Ud. era quizás muy pequeño o no había nacido aún. En todo caso, no se preocupe, no ha pasado nada, nuestro país requiere hoy de nuestra máxima atención a los graves acontecimientos que acosan a nuestra querida VENEZUELA.

LFR/lfr.-

*Ing. Químico – University of Oklahoma (1958) PhD. en Ciencias Económicas – Université Paris IX-Dauphine (2000) Investigador Asociado a la Escuela Doctoral – Université Paris IX-Dauphine

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