Cambiar el CNE es clave

Cambiar el CNE es clave

Julio César Arreaza B

La tarea primordial es cambiar el CNE, mediante su integración equilibrada como ordena la Constitución; concretar esta demanda sentida de la mayoría hará posible la gobernabilidad para encarar la generalizada crisis que nos acogota.

La Constitución establece que “el Consejo Nacional Electoral estará integrado por cinco personas no vinculadas a organizaciones con fines políticos y que los órganos del Poder electoral garantizan la igualdad, la confiabilidad, imparcialidad, transparencia y eficiencia de los procesos  electorales, así como la aplicación de la personalización del sufragio y la representación proporcional”. Esta disposición ha sido violada recurrentemente por el régimen porque su fin supremo es mantenerse en el poder como sea, sin reparar en el profundo malestar nacional causado por 15 largos años de estropicios y sordo al clamor nacional de un cambio en paz.

El actual CNE no garantiza unas elecciones parlamentarias transparentes en el 2015. Basta esta pincelada sobre el fallido ente electoral de Joaquín Chaffardet: “El CNE diseña y rediseña, crea y desaparece, circuitos electorales para garantizarle al régimen mayoría espuria en la Asamblea Nacional, independientemente del número de votos. La magia oficialista hace que un diputado en Delta Amacuro “cueste” 14.000 votos y en el Zulia o en Miranda 140.000 votos. El CNE crea cientos de centros de votación con una sola mesa en sedes del PSUV o en sitios como la Torre David o en apartados e inaccesibles rincones de la geografía nacional para permitir que los integrantes de las mesas introduzcan el 100% de los votos a favor del partido de la dictadura. Por esta razón impidieron la auditoría de los cuadernos de votación y del registro de las capta-huellas de las elecciones presidenciales de 2013.”

Hoy resulta imperativo transitar  un camino efectivo que conduzca a la superación de la crisis multiforme, la lucha es por la renovación del CNE mediante el consenso exigido por la Constitución, hay que dar la lucha no sólo a nivel nacional sino ante las instancias internacionales, ahora más sensibilizadas frente al dramático cuadro de denegación de justicia y violaciones continuas de los derechos humanos. Hay que impedir el fraude constitucional de que sea el TSJ el que designe el Comité de Postulaciones, esa facultad corresponde a la representación de la soberanía popular, allí el juego no está trancado, los factores democráticos apoyan el procedimiento contemplado en la Carta Magna y la Ley Orgánica del Poder Electoral.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

Diario 2001. @JulioCArreaza

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