Para recordar : “Kimberly Clark, nacida en revolución”

Elide J. Rojas . El Universal 27/Julio/2016

La noticia fue esta: Kimberly Clark paraliza operaciones en Venezuela y el gobierno la ocupa. La corporación anunció la suspensión indefinida de sus operaciones en Venezuela  debido al indetenible deterioro de las condiciones económicas del país, la imposibilidad de comprar divisas para la materia prima y, claro está, las pérdidas que genera el negocio en medio de una inflación que va camino a destruir a todos.

Con información tomada de maduradas.com, esto sigue así: Kimberly Clark: si las condiciones en Venezuela cambiasen, la empresa evaluará sus opciones en relación con la viabilidad de operar en el país. Pero, de inmediato, tras haber anunciado Kimberly Clark la paralización en sus operaciones por la crisis en Venezuela, el gobierno de Nicolás Maduro encabeza y supervisa la “ocupación”, realmente la expropiación, de la industria por parte de sus trabajadores.

Kimberly Clark es una empresa que produce artículos de higiene personal en Venezuela, responsable de las reconocidas marcas Huggies, Kotex, Scott, Kleenex y Plenitud.

La oficialista Agencia Venezolana de Noticias informó este lunes 11 de julio que el ministro para el Proceso Social del Trabajo, Oswaldo Vera, “supervisa la ocupación temporal de la planta de Kimberly Clark Venezuela, por parte de la clase obrera, ante la parada indefinida de la producción ordenada por sus dueños”. Según declaraciones del ministro, dicha ocupación busca “mantener operativa la fábrica”.

La falta de divisas mantiene en jaque a las empresas que operan en el país. La demanda de materia prima para elaborar productos de la cesta básica no ha sido cubierta y, como consecuencia, las plantas van cesando sus operaciones de manera progresiva.

Esta historia se está repitiendo desde el año 2006, cuando el extinto Chávez comenzó con su librito de expropiaciones que, a pesar de la brincadera y júbilo en VTV de los trabajadores, la fiesta de las franelas rojas, los besos al comandante eterno y a la lloradera en cámara, siempre terminan quebrados, hablando pestes del chavismo y acusando de corrupción a la gerencia que en algún momento puso la cúpula del chavismo a manejar, sin saber hacerlo, a unas empresas que pudieron ser productivas en otras condiciones. Eso sí, muy alejadas del chavismo y su coba de la guerra económica. Veamos muy por encima la historia de quiebras que tiene el chavismo entre pecho y espalda.

El gobierno firma la compra de la compañí­a eléctrica Seneca y del 82,14% de Electricidad de Caracas. Petróleos de Venezuela, S.A. (Pdvsa) toma simbólicamente el control de los campos petrolí­feros de la Faja del Orinoco, con reservas estimadas en 316.000 millones de barriles. El gobierno nacionaliza la Compañí­a Anónima Nacional de Teléfonos de Venezuela (Cantv). Además, eleva al 92,98% la participación estatal en Electricidad de Caracas. Las estadounidenses Exxon Mobil y Conoco-Philips rechazan formar una empresa mixta con mayorí­a accionarial de Pdvsa en la Faja del Orinoco e inician un litigio contra el gobierno. Nacionalización de una cadena frigorí­fica y la empresa Lácteos Los Andes para garantizar la “soberaní­a alimentaria”. Chávez anuncia que nacionalizará “toda la industria cementera” del paí­s. Chávez ordena la nacionalización de la siderúrgica Sidor, del grupo italo-argentino Ternium Techint. Se anuncia la compra del Banco de Venezuela, filial del español Santander.

El gobierno acuerda comprar la cementera francesa Lafarge y la suiza Holcim (por 552 millones de dólares y 267 millones, respectivamente) y expropia la filial de la mexicana Cemex. El gobierno anuncia la nacionalización en 2009 de la mina de oro “Las Cristinas”, explotada desde 2002 por la empresa canadiense Crystallex. El gobierno ordena la intervención y control militar de empresas arroceras a las que acusa de los desabastecimientos. La principal afectada es Alimentos Polar.

Chávez ordena expropiar las plantas procesadoras de arroz de la empresa estadounidense Cargill, a la que acusa de “violar” la ley de producción de alimentos con precios controlados. Intervención de 1.500 hectáreas de tierras de la multinacional papelera irlandesa Smurfit Kappa, “para sembrar caraotas (frí­joles), maí­z, sorgo, yuca, ñame”. Chávez ordena la toma militar de los puertos de Maracaibo y Puerto Cabello. Chávez anuncia que la aerolí­nea Aeropostal, intervenida en noviembre de 2008, se convertirá en empresa de “propiedad social”. Nacionalización de 60 empresas de actividades petroleras complementarias (transporte, inyección de agua, vapor o gas) en el lago de Maracaibo. Chávez expropia 10.000 hectáreas de latifundios para fomentar la producción de alimentos. El gobierno venezolano inicia la “ocupación temporal”, por 90 dí­as, de una planta productora de pasta de la trasnacional estadounidense Cargill. Chávez anuncia la nacionalización de cuatro empresas metalúrgicas, Matesi, Comsigua, Orinoco Iron, Venprecar, y una fabricante de tubos de acero sin costura. Chávez encabeza el acto de toma de control de la “Planta Compresora de Gas PIGAP II”, expropiada a la firma estadounidense Williams Companies Inc. El gobierno formaliza la compra del Banco de Venezuela, filial en el paí­s del Grupo Santander, con un primer pago del total de 1.050 millones de dólares. El gobierno venezolano decreta la “adquisición forzosa” del Complejo Hotelero Margarita Hilton.

Chávez interviene dos centrales azucareras como paso previo a su expropiación, una de ellas de capital colombiano. Chávez firma el decreto de expropiación de los seis mercados de la cadena Éxito y también de la cadena Cada. Chávez ordena la expropiación de un conjunto de edificios en el centro de Caracas para “recuperar su valor histórico. Chávez firma el decreto de expropiación de unos galpones de las empresas Polar. Chávez decreta la expropiación de la empresa de alimentos Sociedad Mercantil Molinos Nacionales (Monaca), participada mayoritariamente por el grupo mexicano Gruma. Chávez anuncia la “adquisición forzosa” de las empresas Envases Internacional y Aventuy, fabricantes de envases de aluminio y cartón para alimentos, respectivamente. Además, se decretó la expropiación de la Empresa Industria Nacional de Artí­culos de Ferreterí­a y de nueve comercios, cuatro en Caracas y el resto en el interior del paí­s. Orden de nacionalización de 11 taladros petroleros de la empresa estadounidense Helmerich & Payne (H&P). Chávez nacionaliza la empresa “Agroisleña”, con capital español y la principal distribuidora de productos para el campo, con 82 puntos de venta y ocho silos en todo el país. Orden de expropiación de la sucursal en Venezuela de la empresa estadounidense Owens Illinois, lí­der mundial en la fabricación de envases de vidrio para bebidas, alimentos, medicamentos y cosméticos. Chávez ordena la expropiación de la firma Siderúrgica del Turbio (Sidetur), filial del principal grupo siderúrgico privado de Venezuela, Sivensa. Caen en manos del chavismo Vengas y Tropigas. Muere RCTV y otras 32 emisoras de radio. Chávez expropia Fama de América.

Todos los procesos fueron iguales. Chávez expropia, VTV transmite una fiesta con trabajadores felices dando vivas a Chávez, anuncian el dineral que costará el reflote de las empresas. Y termina igual. Todas quebradas. Todo robado. Y la gente haciendo colas para comer.

La guerra económica tiene un protagonista individual: Hugo Chávez. Y un  montón de cómplices que se hacen llamar gobierno. O revolución.

erojas@eluniversal.com

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