Sobre la marcha. Jesse Chacón en Cuba.

SOBRE LA MARCHA
Por ELIDES J. ROJAS L.

ImageJesse Chacón en Cuba. No faltaba más

Una semana movidita para los ciudadanos y para el gobierno, aunque todas las semanas son moviditas, gracias al acelerador que le metió Fidel al finado en eso de convertir a Venezuela en una Cuba llena de calamidades, hambre y muy enterrada en la miseria. De hecho no hay calma, especialmente para el pueblo soberano, ese mismo al que Maduro, Cabello y Chacón o Iris, Ramírez o Merentes dicen que le están aflojando una excelente dosis de prosperidad, calidad de vida y la mayor felicidad posible. Es mentira, por supuesto.
Hay una muy fuerte tendencia a hacer los análisis de lo que ocurre en el país a partir de la situación concreta de cada sector para finalmente llevar el estudio a un ámbito más general, más macro. Eso parece correcto y es un método aceptado generalmente. Grano de arena, piedra, terreno, municipio, estado, país, mundo. Una escalera que, salvo en casos muy contados, siempre está conectada por hilos inseparables. En el caso de Venezuela la cosa es así: grano de arena, médanos de Coro, Falcón, Occidente, gobiernos regionales, Caracas, el país y Cuba en la cúspide de la cadena. Todo comienza y termina en manos de los Castro. Eso lo sabemos todos. Y eso también lo hemos permitido todos, comenzando por los militares que tienen sus jefes cubanos también. Así como el fallecido tenía a su par de ancianos criminales de la isla, Maduro igualmente los heredó. Y al ciudadano, al soberano, al pueblo, al bolsa habitante no le toca más que calarse la jugada de apoderamiento invasivo sin siquiera haber votado aprobatoriamente por esta masacre de países llamada comunismo o socialismo castrocomunista. Es verdad que en la última elección la gran mayoría tiene la impresión de que Maduro se apropió de un resultado que no le corresponde gracias justamente a un CNE asaltado por los dictadores cubanos y a unas instituciones adoctrinadas allá al servicio y para beneficio del clan Castro.

No es casual que cada vez que se produce un desastre como una explosión en refinería, un gran apagón, o un siniestro deslave; la figura protagónica se encuentre en Cuba y tenga que viajar desde allá, regularmente tarde y sin información suficiente, a tratar de resolver el entuerto siempre echándole la culpa a la posición y al imperio en las primeras de cambio. Cuando Vargas se hundió en la barro, Chávez apareció tres días después porque estaba en Cuba. Negó la ayuda de Estados Unidos, culpó a los gobiernos anteriores por el estado de las torrenteras y puentes y prometió una montaña de cosas que todavía la gente sigue esperando; aunque eso no impide que sigan votando por el engaño. Vivo o muerto el autor. Ramírez también depende de Cuba hasta para cobrar los ingresos petroleros. Y para variar, solo por mencionar lo más reciente, Jesse Chacón estaba en Cuba cuando se le apagaron las velas en Venezuela. Este clan de gobierno es el mismo clan cubano. De hecho se la pasan allá y los de allá se la pasan aquí. Por eso la ruina, el machorreo y el fracaso es el mismo. Por eso no hay luz, agua, comida, trabajo, divisas. Y todo es culpa del imperio y de la derecha o su versión amarilla o su versión extrema. Y al final la gente pagando la lata de tanto ladronismo y mentiras. Un gran favor que le hace la polarización a los vagos del gobierno. Nunca responden por nada. La culpa es de la otra parte. Como en Cuba. Aunque ya no exista la otra parte. Apenas les queda el imperio.

Aquí, aunque parezca conformismo, todavía hay fuerza. Maduro y su combo lo saben.

El Universal. 8/8/2013. Twitter: @ejrl

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